Lo hemos dicho tantas veces que ahora nos encontramos que algunas de las muchas ventajas que distinguen a nuestros Pasquines de cualquier otro tipo de decoración (por ejemplo, que son adhesivos y reposicionables), a veces se meten en las dinámicas de nuestros clientes, creando historias graciosas e insólitas cuando además se trata de productos personalizados .
Camila lo hizo este año y por extrañas circunstancias, la decoración personalizada que encargó se transformó en una especie de termómetro del estado de su relación. "Tengo fotos de mi pareja y mías por toda la casa. Cuando nos enojamos o tenemos diferencias, por chicas que sean, me gusta mover su foto a otra parte del hogar (adivinen cual!) para recordarme que no necesito tener a alguien al lado por pura dependencia emocional. Así que me llevo su foto desde mi pieza hasta el baño, y la miro cuando (KK), a veces me da risa, y otras me da rabia, pero sirve jejej..."
"... cuando viene a mi depto debo acordarme de cambiarla de lugar para evitar sus preguntas, jiji, pero si sigo enojada o meh, la ubico en la cocina, o en alguna ventana. Si se queda a dormir, y cacha que he cambiado la foto de lugar, la despega y me la vuelve a dejar en mi pieza sin que me dé cuenta.
Creo que esta foto ha sido pegada y despegada más de 100 veces por todo mi departamento. Así con el amorsss amigos" .
Esto que nos mandaron por correo hace tres meses nos dejó pensando en las cientos de historias en las que un Pasquín ha estado involucrado: tal vez alguien dejó unos stickers de regalo escondidos en un cuaderno o en el laptop cerrado sin que su dueño o dueña lo supiera. Quizás estás pensando en añadir decoración personalizada y quieres confeccionar mosaicos personalizados con algunas fotos especiales de tu viejo para regalárselos esta Navidad... a lo mejor esas fotos con el recuerdo de tus vacaciones está mostrando un lugar que ya no existe... Tienes más historias que contarnos? ¡No dudes en escribirnos, nos interesan todas!